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Heridas que cruzan fronteras: Trauma intergeneracional en familias refugiadas latinoamericanas en Canadá

Updated: Aug 27

"No solo migramos con maletas. Migramos con historias, con duelos, con dolores que a veces no se nombran, pero se sienten."


Muchas familias latinoamericanas que llegaron a Canadá como refugiadas lo hicieron buscando seguridad, estabilidad y una vida mejor para sus hijos. Pero el acto de escapar —de una guerra, una dictadura, una amenaza o un entorno de violencia— deja huellas. No solo en quienes vivieron esos eventos directamente, sino también en las generaciones que les siguen.


El trauma intergeneracional es una realidad silenciosa, persistente y compleja que afecta a muchas familias migrantes, y que necesita ser reconocida para poder ser transformada.


Foto por Olivia Bauso en Unsplash
Foto por Olivia Bauso en Unsplash

¿Qué es el trauma intergeneracional?


El trauma intergeneracional; también llamado trauma transgeneracional o histórico, se refiere a la transmisión del impacto emocional de experiencias traumáticas de una generación a otra. Este fenómeno ha sido ampliamente estudiado en comunidades desplazadas por violencia política, genocidios, esclavitud, guerras y migración forzada.


¿Cómo se transmite?


No se trata solo de contar historias dolorosas. A veces, lo que más marca es el silencio, los secretos familiares, los duelos no elaborados, las emociones contenidas, las actitudes de hipervigilancia o desconfianza que se convierten en modos de crianza.


En familias latinoamericanas refugiadas, esto puede verse reflejado en:


  • Padres y madres que fueron testigos o víctimas de violencia, represión o tortura.

  • Duelos migratorios no elaborados: pérdida del país, la lengua, la identidad profesional, la red de apoyo.

  • Niños y niñas nacidos en Canadá que crecen sintiendo una carga emocional que no comprenden.

  • Estilos de crianza marcados por el miedo, la sobreprotección o la rigidez.


Un vistazo al contexto: Latinoamérica, refugio y migración hacia Canadá

Durante las últimas décadas, Canadá ha sido un destino clave para personas refugiadas provenientes de América Latina. Muchos huyeron de contextos de violencia estructural, inseguridad, persecución política o desastres económicos.


Compartimos algunos datos clave:


  • Según el Censo 2021 de Statistics Canada, más de 700,000 personas en Canadá se identifican como latinoamericanas.

  • En la última década, Canadá ha recibido refugiados de países como México, Colombia, Venezuela, El Salvador, Nicaragua y Honduras, entre otros.

  • Muchos de estos refugiados son padres y madres jóvenes que han tenido que reconstruir su vida en condiciones adversas, priorizando la estabilidad económica por encima del bienestar emocional.


Pero huir no significa sanar. Y el trauma que no se atiende puede pasar inadvertidamente a las siguientes generaciones.


¿Cómo se manifiesta el trauma intergeneracional?


A menudo, el trauma no se presenta como un recuerdo específico, concreto, sino como emociones difusas o patrones familiares que se repiten sin entender por qué. Algunas manifestaciones comunes incluyen:


  • Sentimientos de inseguridad crónica, incluso en contextos seguros.

  • Problemas de ansiedad, depresión o somatización en hijos/as nacidos en Canadá.

  • Dificultades de identidad: “No soy de aquí ni soy de allá”.

  • Ruptura en la comunicación familiar: secretos, tabúes, temas “prohibidos”.

  • Padres que no pueden hablar de su historia sin revivir el dolor, lo cual genera silencio emocional en casa.

  • Expectativas elevadas sobre las nuevas generaciones (“nos sacrificamos para que tú seas alguien”), que pueden traducirse en presión, culpa o, también, autoexigencia.


El trauma no elaborado se convierte en una especie de herencia emocional. Y como toda herencia, necesita ser comprendida para poder elegir qué se transmite y qué no.


Desafíos específicos de la comunidad latina refugiada en Canadá


A pesar del acceso a servicios de salud, muchos miembros de la comunidad latina encuentran barreras que dificultan el proceso de sanación:

  • Barreras lingüísticas y culturales: No siempre hay acceso a terapeutas que hablen español y comprendan el contexto y cultura latinoamericana.

  • Estigma y desconfianza: En muchas familias, pedir ayuda psicológica aún se asocia con debilidad o con “estar loco”.

  • Pérdida del rol profesional: Padres con estudios universitarios que en Canadá no pueden ejercer su profesión, lo cual afecta la autoestima familiar.

  • Presión por demostrar éxito: Muchas personas refugiadas sienten que deben “compensar” la decisión de emigrar, dejando de lado su propio bienestar emocional.

  • Ausencia de representación: Las historias latinas de trauma y resiliencia están poco visibilizadas en el discurso canadiense sobre salud mental.


¿Cómo empezar a sanar?


El trauma intergeneracional puede ser profundo, pero no es irreversible. La clave está en reconocer, nombrar y transformar.


Aquí te compartimos algunas sugerencias:

Hablar sin imponer

Crear espacios familiares donde sea posible compartir la historia migratoria, sin forzar ni silenciar. Nombrar lo vivido ayuda a entender quiénes somos.

Validar las emociones

Tanto en los adultos como en los jóvenes. Es válido sentirse triste, enojado, culpable o confundido. No hay emociones “malas”.

Buscar acompañamiento profesional

Existen terapeutas que trabajan desde enfoques culturales y migratorios. Buscar apoyo no es un signo de debilidad, sino de coraje y autocuidado.

Recuperar las raíces

Fortalecer la identidad cultural ayuda a resignificar la historia. Hablar español, cocinar comidas tradicionales, bailar, compartir saberes… todo suma.

Transmitir resiliencia, no solo dolor

Reconocer que, si bien la historia familiar puede estar marcada por el sufrimiento, también está llena de fortaleza, resistencia y amor.


De la herida al cuidado: una tarea colectiva


Sanar el trauma intergeneracional no es solo responsabilidad de una persona. Es una tarea colectiva que involucra a las familias, las comunidades, las escuelas, los terapeutas y las instituciones.

Como comunidad latina en Canadá, tenemos una historia de lucha, dignidad y creatividad. Hablar del trauma es también un acto de amor hacia las nuevas generaciones.



Family Service Toronto (FST) es una organización comunitaria que ofrece apoyo psicológico, talleres y recursos para familias, parejas, jóvenes y sobrevivientes de violencia de género, incluyendo programas culturalmente relevantes para la comunidad latina. Muchos de sus servicios están disponibles en español.

Teléfono: 416-595-9618

Downtown Toronto: 355 Church St.

West-end Toronto: 128A Sterling Road.

Scarborough: 1527 Victoria Park Ave


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Agustina De Benedetti es Licenciada en Psicología Clínica (Argentina) y tiene una Maestría en Psicología (Canadá). Es psicoterapeuta registrada en el Colegio de Psicoterapeutas Registrados de Ontario (CRPO). Actualmente, además de trabajar como terapeuta clínica, desempeña trabajo comunitario orientado a crear conciencia sobre la violencia basada en el género como parte de la campaña pública llamada Neighbours, Friends and Families (NFF) (http://www.neighboursfriendsandfamilies.ca/about/about-us

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Fuentes empleadas:

  • Statistics Canada (2021). Perfil del Censo – Origen latinoamericano.

  • Canadian Council for Refugees. Salud mental y asentamiento de personas refugiadas.

  • Duran, Eduardo (2006). Sanando la herida del alma.

  • Torres, Lucas et al. (2012). Estrés parental en familias latinas, salud mental y prácticas de crianza: una perspectiva longitudinal.

  • Quiroga, J. y Jaranson, J. (2005). Tortura por motivos políticos y sus sobrevivientes: actualización de investigación a cinco años.


 
 
 
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